Descubriendo un gran tesoro

Esta semana en nuestro taller enfócate hemos trabajado la autoestima. Después de varias semanas conociéndonos y profundizando en nuestros sueños, nuestras cualidades, nuestras preocupaciones o nuestras meteduras de pata. Hemos valorado que era un  buen momento para tratar sobre el amor que nos tenemos a nosotros mismos. Y que mejor técnica para hacerlo que la técnica: "yo soy un gran tesoro".

La técnica requiere por parte del dinamizador darle un poco de misterio hasta que llega el momento en que los participantes se ven  reflejados en un pequeño espejo. Se les presenta una caja cerrada, en nuestro caso con una interrogación en la tapa, y se les dice que ahí dentro esta el mayor tesoro del mundo. Se les dice que este tesoro lo tenemos que observar de uno en uno y en silencio. Es muy importante que los que comiencen no desvelen el secreto a sus compañeros, por eso nosotros íbamos a otra sala para que, de uno en uno fueran viendo el interior de la caja. 

Esta dinámica es fascinante. Es una placer llevarla a cabo una y otra vez y seguir siendo cómplice de las maravillosas reacciones de los chicos al verse en el interior de la caja. Ese momento es genial, las caras de sorpresa, de alegría, de emoción. Yo siempre les pregunto, después de un par de segundos mirándose al espejo, ¿Quién es ese gran tesoro? para que ellos se reafirmen y me contesten: yo, con una super sonrisa e incluso los ojos vidriosos. 

Que importante y que sencillo es hacer ver a las personas todo el valor que hay dentro de ellas. Y es que muchas veces en el día a día nos olvidamos de valorar a la gente que tenemos enfrente, nos centramos en resolver, ordenar, regañar, criticar... y dejamos de lado el buen habito de recordarnos lo que nos queremos, lo bien que hace el otro esa cosa, lo feliz que te hace su compañía, la alegría que te trasmite... Cuando acostumbras a hacerlo te das cuenta de lo necesitadas que están algunas personas de este reconocimiento y el buen resultado que tiene a nivel educativo. Y lo mejor de esta buena costumbre es que cuando uno reconoce al otro de forma positiva, él se sentirá reconocido por el otro permitiéndose así ser feliz. Así que ya sabéis a practicarlo con vuestros hijos, parejas , padres, abuelos, amigos, alumnos, compañeros...

Un saludo y hasta la próxima internautas